Personajes Principales:

26 de marzo de 2010

En ese instante, me encontraba parada muy tensa a un costado de la carretera, muy cerca de un acantilado, tenía la certeza de que si alguien pasara a una muy baja velocidad, a través de las ventanillas de sus autos, no verían otra cosa que un fantasma, ya que la luz de la luna me daba de lleno en el rostro, acentuando mi palidez natural.

Extrañamente pensaba en mi estirpe, en que mi nombre era Karim Detelo, y que era una vampiro demasiado idiota, como para seguir existiendo. Además de que mi problema rondaba con insistencia mi cabeza: siempre he confiado muy rápido en las personas, sean humanas o no.

Estaba, quizá, en una de las pruebas más grandes para acceder a mi inmortalidad. ¿Patético no? Uno siempre creería que un vampiro es inmortal por naturaleza, pero lamentablemente, hay que cumplir ciertos requisitos para que el Consejo Mayor apruebe ese proceso. Sí, nacemos vampiros, es decir, nuestra especie desde recién nacidos, tiene un organismo muy distinto a los humanos, y como en las leyendas, necesitamos de sangre para sobrevivir. Pero la inmortalidad es otra cosa, sólo podemos obtenerla al ser mordidos por alguno de los vampiros que componen el consejo, los antiguos.

¿Qué es lo que hacía sola y en mitad de una carretera? Pues es muy simple: estaba sedienta de la vida, mi pétreo interior me susurraba aquella voracidad, con la que era capaz de actuar y que hasta hacía poco había olvidado, todo, debido al amor.

Pretendía mostrarme a mí misma que no todo giraba en torno al amor, que mi pequeña historia no hablaba de amor, pero era inútil, todos los vampiros, al igual que los humanos, no estamos exentos de un sentimiento tan fuerte como este, una triste verdad me golpeó: el amor se da de una forma mucho más complicada en seres de la noche.

Escuchaba atenta, y después de disipar el sonido del agua que fluía por el acantilado a mis espaldas, sabía que vendrían algunos autos pesados, muy pronto. Ya solo esperaba percibir el mínimo, pero constante ruido de un Lexus y visibilizar pronto su tono negro platinado. De esta manera, Grisam entendería que no debía jugarse con las mujeres, y sobre todo si ella pertenecía a la especie de los vampiros.

Erá la primera vez que asesinaría, con todo lo que conllevarían estas palabras. Si, lo sabía, era una mujer vampiro y me alimentaba de sangre humana, lo cual implicaba que eso debía ser sencillo para mí, pero lo he hecho sólo lo suficiente, como para no terminar con sus vidas; aunque realmente deberían preferir esto a seguir con lo efímero de su existencia. Lo acepto, no me sentía nada bien aquel día, el odio rebasaba mis sentidos y sabía también, que era el momento oportuno para ver por última vez la estúpida sonrisa de Grisam. ¿Qué si tan sólo una mentira me alteraba? pues sí, mi temperamento nunca ha sido muy estable, estoy marcada por la naturaleza.

De pronto, pasaron dos camiones de carga, tan rápidamente que hicieron que mi cabello se agitara al ritmo del viento, percibí de nuevo otro gran auto, esta vez un tractor, que fue disminuyendo su velocidad, lo vi salir de la curva más cercana -vista desde mi posición- y pronto se estacionó a un par de metros. Mierda, esto no lo tenía planeado. Pensé.

Después de algún tiempo, supe que el auto de Grisam por fin se aproximaba velozmente, externando la fanfarronería que siempre lo caracterizaba y de la que yo me había obsesionado tan atolondradamente.

Llegó el momento, y el Lexus giró sobre la curva, a Grisam no le dio tiempo para frenar su auto. Estúpido, tenías que ser tú. Me dije en voz baja.

No tardó mucho para que un accidente estallara sobre la carretera, ¿Tenía que chocar justo el día de su muerte? Bueno sería menos el trabajo, pensé, pero uno no va dejando evidencias de sus travesuras, ahora primero tendré que cerciorarme del tipo del tractor, con el pensamiento resuelto, me apresuré hacía allí, con cautela, puesto que sangre fresca seguramente encontraría.

Llegué al tractor y no encontré forma de vida alguna, bueno, debió haber miles de insectos por los montones de tierra que transportaba, pero eso ahora no importaba. Corrí hasta el Lexus, un poco extrañada, igual y el conductor huyó, pensaba, noté que el Lexus estaba muy dañado, me hinqué sobre el asfalto y miré hacia el interior del auto, al tiempo que mi corazón, de latidos pausados, pero no necesarios, se cimbraba una y otra vez, inexplicablemente.

El patético humano del que me había enamorado un par de meses atrás, tenía los rasgos tan similares a esos chicos que aparecían en los portafolios de Armani: cuerpo de atleta, rostro altivo y ojos de ángel. Ahora me parecía lógico el porque de mi apego hacia el, mientras tanto, Grisam se veía mareado y me miraba suplicante y de cabeza.

Como respuesta a su mirada de animal herido, me levanté instantáneamente, di media vuelta y miré los cristales que el Lexus dejó a su paso. No había transcurrido mucho tiempo y Grisam ya estaba llamando angustiado para que regresara.

– Karim ¿Me dejarás aquí, es que no me ayudarás? – arremetió.
– No hay motivo para sacarte de ahí, a menos que quieras morir al instante – repuse convencida y me alejé un poco del auto. Un extraño silencio se apoderó de la noche, mis sentidos estaban confundidos, cosa que me llevó a vacilar sobre si debía o no dejar allí a Grisam, después de todo, si yo no me lo llevaba, una ambulancia vendría pronto. Volví a agacharme.

– ¿Tú también vienes al festín? – soltó de pronto una voz detrás de mí.

Cuando volteé y miré a la gran figura del hombre que habló, mi estomago se encogió, conocía bien a este tipo, era Gabriel, aquel castigador sin escrúpulos que mató a mi hermano Alex, mis ojos estaban escociendo de dolor, las lagrimas amenazaban con traicionarme, giré la cabeza, pues sólo podía salir lagrimas de mis ojos y no estaba dispuesta a que Grisam las viera, mi mente recordaba a Gabriel, como a un fétido saco de estiércol.

– ¡El humano es mío! – grité.
– ¿Qué sucede Karim? ¿Por qué no me sacas de aquí? – soltó Grisam entre asustado y curioso desde el lujoso auto, aún volcado.
– ¡Tu cállate! – le respondí.

– Vamos Karim no te obsesiones con los humanos, los de nuestra clase tenemos grandes facultades como para que las desprecies – dice Gabriel divertido.

– No me compares contigo, y “eso” es mi alimento de hoy – dije, y sin más saqué a Grisam del auto prensado, con especial facilidad lo recargué en mi hombro derecho, por la fuerza y delicadeza que empleé en el acto, Grisam se tensó y se asustó inmediatamente.
– ¡No, señor, ayúdeme! ¿Qué es lo que ella quiere? – dijo cobardemente hacia Gabriel, mientras el reía por lo bajo.

– ¡¿Qué tiene de gracia?! – espeté con agresividad.
– De hecho no es gracioso, en realidad es irónico, tengo entendido que llevas tiempo encaprichada con ese humano, y ahora ¿piensas alimentarte de el? –.
– Mis intenciones no te incumben – arrugué la nariz en señal de advertencia, debí verme patética, porque después Gabriel habló señalándose a si mismo.

– Vamos niña, suelta al humano y deja que los mayores hagan lo suyo – hizo una pausa, en que los confundidos gritos de Grisam se escuchaban muy alto.

Miré a Gabriel y pude notar que estaba más sediento de lo que uno podía llegar a estarlo. Quizá había encontrado muchos problemas, al estar sin respaldo, a la hora de intentar alimentarse. Gabriel Burdock era lo que llamábamos en el Valle de Zaphire, un Trashumante, es decir, un vampiro nómada, yo sabía que tenía un grupo de aliados rebeldes, igual que el, pertenecientes al mundo vampírico; pero que sin embargo, siempre habían estado en contra de ser inmortales y a veces, iban en contra de la forma en que estaba constituida nuestra cadena alimenticia.

Pudé notar que sus ojos tenían una frialdad sin igual, pero no me inmuté, si quiere pelear, tendrá una gran batalla, me dije con nerviosismo. Por poco olvidaba a Grisam, de no ser porque sus inútiles patadas comienzan a hacerme cosquillas en la espalda, y me hacen regresar del país de los recuerdos.

– O tal vez lo que quieres es disecarlo y coleccionarlo, ya que no pudiste obtenerlo. Orestes ha hecho muy mal con promover tus caprichos y alimentar tu ego – Al fin habló Gabriel, y cuando lo hizo, pareció calcular la situación, tal vez esperaba atacarme.
– ¡No menciones a mi padre con tu sucia boca! – Escupí a sus pies como señal de indignación.
– Si tanto te preocupas por el, dile de mi parte que no me enlistaré en su Brigada, adviértele que podría perder algunos de sus miembros durante las próximas semanas y que ni siquiera me detendré por Ovidio. Ahora, suelta al humano, porque mi paciencia se ha terminado niña –.

Tras su amenaza y en un acto naturalmente veloz, coloqué a Grisam de espaldas, frente a mí, le abracé por el tórax con el brazo derecho, mientras que con el izquierdo acaricié su delicado cuello.
– Dime que es una pesadilla Karim – dijo Grisam temblando de pies a cabeza, tal vez comprendiendo al fin, un poco de aquella difícil situación.
– Eso quisiera, pero no es así – le susurré en el oído, mientras Gabriel miraba expectante, tal vez esperaba para cuando que la sangre brotaría desde el interior de Grisam y así arrebatármelo, o quizá no me creía capaz de hacerle daño alguno.

Aspiré el aroma de la costosa loción de Grisam, de entre la que se escapaba su verdadero olor: carne, sangre y amor. En un acto de extremado valor, hundí mis afilados colmillos en su cuerpo y dejándome llevar, pude sientir cada uno de sus impulsos, dolores y afectos. Gabriel tenía el rostro aún más serio al ver mi expresión, mientras yo, estaba totalmente invadida, por el placer de robar el último latido del corazón de Grisam. En cuanto pude, salí de su cuello, y cuando finalmente lo solté, Grisam se desvaneció en el pavimento.

– Podría matarte si quisiera, pero necesito que entregues el mensaje, en otra ocasión arreglaremos cuentas – Gabriel sonrió, se acomodó la gran gabardina negra que portaba y se arrojó por el acantilado, como si pudiera volar.

Me limpié un poco el rostro. Y me acerqué al acantilado, para cuando me asomé, por simple curiosidad, el no estaba por ningún lado, se había esfumado de alguna manera. En seguida, marqué al móvil de mi padre; esperé a que contestara y le solté clara y lentamente:

– Gabriel ha regresado, le he visto –.
– ¿Dónde estas Karim? –
– Estoy bien padre –
– Dije que: ¡¿Dónde estas Karim?! –
– En el Kilómetro 37 de Betsy & Roads –
– Ven inmediatamente, convocaré una junta urgente –
– Si padre ahí estaré – me quedé callada por un minuto.
– ¡Demonios! Cuelga y ven hacía aquí, ahora mismo –

Hice lo que mi padre me ordenaba, sabía que no esta enfadado, simplemente intuía que Gabriel pudo matarme con facilidad. Tomé el cuerpo inerte de Grisam y lo coloqué fuera del camino, el resentimiento que tenía hacia el, parecía haberse esfumado con el sabor de su sangre y con el reciente encuentro con Gabriel.

Me pusé en marcha rápidamente, hacia la Catedral de Bristol, donde seguramente me esperaban más sorpresas. En el mundo de los vampiros no hay reglas explicitas, pero si alguno toma sangre de otras Brigadas o a un alza excesiva de Trashumantes, los Antiguos hacen cualquier cosa para exterminarlos.

4 Comments:

  1. Anónimo said...
    Aww genial la historia!
    Esta super original :p
    No tardes en actualizar ;)
    Dinorah said...
    Ayyyyyyyyyywwwwwww me encanta tu historia, Tienes una imaginacion excelente creo que deberias publicar mas seguido aunque no se si puedas hacerlo, espero que si.

    Quiero ver + de Gabriel y de los trashumantes- que por cierto que buen termino y ya me fije que si existe.
    Erzengel said...
    Dani!!!!
    Por fin!!!! jeje, no podia dejarte comentario!!!!
    Wa!!! simplemente, amo esta historia... Gabriel... me gusta!!!!

    Espero ansiosa el siguiente cap... besotes!!!!
    Athena Rodríguez said...
    Gracias Erze, sabes que tu opinión es muy importante para mi y más porque admiro tus escritos.

    En realidad gracias a tod@s por seguir la historia.

    Erzengel: Si ahora te gusta Gabriel, espero que después te guste más, porque no he publicado alguna escena donde valga la pena la existencia de Gabriel, como verás estamos en los capítulo de arranque y espero que puedas seguir el desarrollo de la historia y seguir dandome tus coments.

    Bexox y nuevamente gracias, bye.

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Ilustración ganadora:

Hecha por mi amiga Giuli de Hollywood-Editions.