Personajes Principales:
18 de abril de 2010
A primera hora de la mañana, Seiji y yo nos enfilamos hacia la academia y pude ver el Lexus de Grisam tan intacto como seguramente el lo estaba. El estomago me molestó de nueva cuenta. Pero disimulé ante Seiji.
Cuando llegamos al aula de la señorita Laurent, se notaba vacía. Pero cuando entramos, Grisam esperaba en el último pupitre de una orilla. El nos sonrió y un escalofrío me recorrió.
Seiji se quedo justo en la entrada, mientras yo seguí hasta mi butaca, como si nada pasará, pues el supo que Grisam era un vampiro. Sin embargo, Seiji fue directamente a sentarse junto a mí, sin reparar en ello. Pronto, todos los alumnos fueron llegando. Y mi amigo Leo se acerco presuroso hacia nosotros, saludando de mala gana.
– Te he dicho que este es mi asiento – dijo resentido en dirección a Seiji.
– Siéntate atrás niño – le ordenó Seiji sin siquiera mirarlo.
Leo me miró fulminante y asentí. Pude notar como su odio me abofeteaba por ese momento, pero no sabía que pasaría después.
Grisam rió muy alto, y en respuesta Seiji lo miro fija y violentamente. Y entonces su sonrisa estupida por fin desapareció de su rostro de ángel.
– ¿Lo conoces? – me susurró Seiji cuando se volvió hacia mi.
– Si – tan solo pude decir eso.
– Tenía entendido que eras la única de nuestra especie en Sheiman –
– Pues al parecer ya no – dije exhausta del miedo.
– ¿Pasa algo Karim? – cuestionó Seiji con seriedad.
– No, claro que no – pero el sospechaba que algo extraño pasaba y pude atisbar en su mirada algo de desconfianza, cosa que me dolió, pero que me tenía bien merecida.
Nuevamente Seiji fingió ser un estudiante más, cuando la profesora se instauró en la clase y comenzó a dar su cátedra. Las chicas que habían estado alucinando con Seiji cuchicheaban apresuradamente y Grisam platicaba con Cassidy, su tonta ex-novia. Sé que se moría por morderla, ya que recién había sido convertido, pero no entendía como había podido suceder su conversión, en realidad solo podías convertir a alguien si le mordías y después le dabas de beber de tu sangre.
Alguien más debió ayudarle.
Terminó la clase, salimos del aula y Grisam nos alcanzó. Seiji se colocó entre los dos y lo miró bruscamente.
– Karim, necesito hablar contigo – pidió Grisam.
– No puedo alejarme de ella – Seiji se tomó en serio su papel de protector y todos lo malinterpretaron, las tontas chicas enamoradas de Seiji me fulminaron y Cassidy por poco me arranca la cabeza con la mirada.
– Solo necesito un momento – el semblante de Grisam había cambiado cuando susurró su petición, parecía tan bueno como un serafín.
– Está bien, pero solo un momento – después de que Seiji dijo eso, caminé unos pasos más allá del pasillo manteniéndome aún visible para él.
– Siento que se hayan malinterpretado las cosas, yo no he dicho nada sobre ti y sobre mi “juntos” – dijo pareciendo avergonzado y recordándome porque había despertado en mí una infinita sed de venganza.
– No te creo nada – dije al fin.
– Y también siento que me hayas convertido en esto – alzó los brazos.
– Pero no pude haber sido yo – le dije tan segura como pude, esa conversación estaba resultando absurda.
– Realmente necesito ayuda Karim, pude haber matado a todos allí dentro, pero tenía que entrar a la clase para verte, tan sólo me tranquilizó el hecho que tu amigo y tu estuvieran presentes, seguramente no hubieran dejado que dañara a otros – este Grisam definitivamente parecía otro.
– Claro que no – le afirmé.
– Por eso necesito que me expliques que pasa conmigo y porque me hiciste esto – dijo desesperado.
– Grisam, deja de fingir, tan sólo nos besamos y dijiste que había pasado “más”, sé que ahora quieres algo de mí y deberías ir al grano – lo miré con osadía.
– No necesito más de lo que puedas explicarme de una existencia así. Además, no puedo creer que por tu orgullo intentaras matarme, porque lo hiciste por qué supuestamente herí tu orgullo ¿no? –
– Que no te quepa la menor duda, ningún humano lastima a un vampiro sin salir vivo – sentencié.
– Pues te repito, yo nunca dije nada malo sobre ti, tal vez Meryl quiso crear algún tipo de polémica. Pues tan solo le dije que me sentía atraído hacia ti y le conté lo del beso – en ese momento, la sangre se me arremolinó en las mejillas.
– Leonard escucho todo, es innegable lo que dijiste – le reté.
– ¿Tu amigo? ¿Qué no te das cuenta Karim? – preguntó extrañado.
– Qué no me doy cuenta, pero ¿de que? – lo miré impaciente.
– El señor Sandler, ósea tu “amigo” esta enamorado de ti – Impulsivamente volteé hacia donde estaban Seiji y Leonard.
– Claro que no – dije al fin.
– El debió haberlo inventado todo – su rostro me parecía muy sincero, tenía una mirada cálida, igual que antes de nuestro beso en la casa de Sally.
– No sé si creerte Grisam, puede parecer tonta mi forma de actuar, pero yo creo que tu lo fuiste primero. Ni siquiera me hablaste después de “eso” – y me arrepentí al momento de recordarle mi orgullo herido y mi notable interés por él.
– Es solo que… quede muy impresionado. Tu eres lo que siempre esperé, y me costo trabajo aceptarlo. Nunca había salido con una chica como tu, tan dedicada, tan no sé. El punto, es que Iba hacia tu casa cuando me atacaste. Me enteré de los rumores y quería aclararlos – confesó.
Eso no sonaba lógico, pero ingenuamente no solo empecé a creerle, sino que volvió a atraparme.
– Sólo necesitaba saber que estabas bien – añadió, y como casi todo lo que había dicho, no comprendí el sentido de esa frase.
Besó mi frente tiernamente y caminó hacia la salida del colegio, ignorando el llamado y las amenazas de expulsión del subdirector. En al menos una semana, no podría quitarme de la mente, esa mirada suya. Habían acontecido demasiados reencuentros y mi cabeza solo daba vueltas, y la sonrisa estupida ahora estaba en mi rostro.
Cuando llegamos al aula de la señorita Laurent, se notaba vacía. Pero cuando entramos, Grisam esperaba en el último pupitre de una orilla. El nos sonrió y un escalofrío me recorrió.
Seiji se quedo justo en la entrada, mientras yo seguí hasta mi butaca, como si nada pasará, pues el supo que Grisam era un vampiro. Sin embargo, Seiji fue directamente a sentarse junto a mí, sin reparar en ello. Pronto, todos los alumnos fueron llegando. Y mi amigo Leo se acerco presuroso hacia nosotros, saludando de mala gana.
– Te he dicho que este es mi asiento – dijo resentido en dirección a Seiji.
– Siéntate atrás niño – le ordenó Seiji sin siquiera mirarlo.
Leo me miró fulminante y asentí. Pude notar como su odio me abofeteaba por ese momento, pero no sabía que pasaría después.
Grisam rió muy alto, y en respuesta Seiji lo miro fija y violentamente. Y entonces su sonrisa estupida por fin desapareció de su rostro de ángel.
– ¿Lo conoces? – me susurró Seiji cuando se volvió hacia mi.
– Si – tan solo pude decir eso.
– Tenía entendido que eras la única de nuestra especie en Sheiman –
– Pues al parecer ya no – dije exhausta del miedo.
– ¿Pasa algo Karim? – cuestionó Seiji con seriedad.
– No, claro que no – pero el sospechaba que algo extraño pasaba y pude atisbar en su mirada algo de desconfianza, cosa que me dolió, pero que me tenía bien merecida.
Nuevamente Seiji fingió ser un estudiante más, cuando la profesora se instauró en la clase y comenzó a dar su cátedra. Las chicas que habían estado alucinando con Seiji cuchicheaban apresuradamente y Grisam platicaba con Cassidy, su tonta ex-novia. Sé que se moría por morderla, ya que recién había sido convertido, pero no entendía como había podido suceder su conversión, en realidad solo podías convertir a alguien si le mordías y después le dabas de beber de tu sangre.
Alguien más debió ayudarle.
Terminó la clase, salimos del aula y Grisam nos alcanzó. Seiji se colocó entre los dos y lo miró bruscamente.
– Karim, necesito hablar contigo – pidió Grisam.
– No puedo alejarme de ella – Seiji se tomó en serio su papel de protector y todos lo malinterpretaron, las tontas chicas enamoradas de Seiji me fulminaron y Cassidy por poco me arranca la cabeza con la mirada.
– Solo necesito un momento – el semblante de Grisam había cambiado cuando susurró su petición, parecía tan bueno como un serafín.
– Está bien, pero solo un momento – después de que Seiji dijo eso, caminé unos pasos más allá del pasillo manteniéndome aún visible para él.
– Siento que se hayan malinterpretado las cosas, yo no he dicho nada sobre ti y sobre mi “juntos” – dijo pareciendo avergonzado y recordándome porque había despertado en mí una infinita sed de venganza.
– No te creo nada – dije al fin.
– Y también siento que me hayas convertido en esto – alzó los brazos.
– Pero no pude haber sido yo – le dije tan segura como pude, esa conversación estaba resultando absurda.
– Realmente necesito ayuda Karim, pude haber matado a todos allí dentro, pero tenía que entrar a la clase para verte, tan sólo me tranquilizó el hecho que tu amigo y tu estuvieran presentes, seguramente no hubieran dejado que dañara a otros – este Grisam definitivamente parecía otro.
– Claro que no – le afirmé.
– Por eso necesito que me expliques que pasa conmigo y porque me hiciste esto – dijo desesperado.
– Grisam, deja de fingir, tan sólo nos besamos y dijiste que había pasado “más”, sé que ahora quieres algo de mí y deberías ir al grano – lo miré con osadía.
– No necesito más de lo que puedas explicarme de una existencia así. Además, no puedo creer que por tu orgullo intentaras matarme, porque lo hiciste por qué supuestamente herí tu orgullo ¿no? –
– Que no te quepa la menor duda, ningún humano lastima a un vampiro sin salir vivo – sentencié.
– Pues te repito, yo nunca dije nada malo sobre ti, tal vez Meryl quiso crear algún tipo de polémica. Pues tan solo le dije que me sentía atraído hacia ti y le conté lo del beso – en ese momento, la sangre se me arremolinó en las mejillas.
– Leonard escucho todo, es innegable lo que dijiste – le reté.
– ¿Tu amigo? ¿Qué no te das cuenta Karim? – preguntó extrañado.
– Qué no me doy cuenta, pero ¿de que? – lo miré impaciente.
– El señor Sandler, ósea tu “amigo” esta enamorado de ti – Impulsivamente volteé hacia donde estaban Seiji y Leonard.
– Claro que no – dije al fin.
– El debió haberlo inventado todo – su rostro me parecía muy sincero, tenía una mirada cálida, igual que antes de nuestro beso en la casa de Sally.
– No sé si creerte Grisam, puede parecer tonta mi forma de actuar, pero yo creo que tu lo fuiste primero. Ni siquiera me hablaste después de “eso” – y me arrepentí al momento de recordarle mi orgullo herido y mi notable interés por él.
– Es solo que… quede muy impresionado. Tu eres lo que siempre esperé, y me costo trabajo aceptarlo. Nunca había salido con una chica como tu, tan dedicada, tan no sé. El punto, es que Iba hacia tu casa cuando me atacaste. Me enteré de los rumores y quería aclararlos – confesó.
Eso no sonaba lógico, pero ingenuamente no solo empecé a creerle, sino que volvió a atraparme.
– Sólo necesitaba saber que estabas bien – añadió, y como casi todo lo que había dicho, no comprendí el sentido de esa frase.
Besó mi frente tiernamente y caminó hacia la salida del colegio, ignorando el llamado y las amenazas de expulsión del subdirector. En al menos una semana, no podría quitarme de la mente, esa mirada suya. Habían acontecido demasiados reencuentros y mi cabeza solo daba vueltas, y la sonrisa estupida ahora estaba en mi rostro.
4 Comments:
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Antepenultimo capitulo, pasa y leelo http://elrincondebonnie-bonnie.blogspot.com/2010/04/triste-despedida.html te espero
Mientras tanto gracias por seguir la historia y por sus comentarios, me es muy grato todo lo que mencionan.